sábado, 30 de noviembre de 2013

Marco Aurelio Denegri y el budismo

El budismo remonta sus orígenes al s. VI a.C. Surgió en el norte de la India como reacción a ciertos aspectos de la cultura brahmánica. Siddartha Gautama, sin duda un personaje histórico, es la figura central de este conjunto de creencias y prácticas religiosas. Él, después de una serie de pruebas y una etapa de búsqueda de la sabiduría, en una profunda meditación, alcanzó la iluminación y el supremo conocimiento, y comenzó a llamarse Buda.

Del conjunto de dogmas budistas, en Occidente se conocen, sobre todo, los conceptos karma y nirvana, si bien un poco distorsionados. Pero la clave del budismo es la negación del yo. La acción del yo en el mundo (deseos) causa dolor y sufrimiento, por lo que suprimir el deseo es suprimir el dolor.

Este es el concepto del budismo que menos practican sus dizque seguidores occidentales. ¿Por qué? Porque atenta contra una forma de vida que aprendemos desde recién nacidos: el individualismo, el figurettismo, la dependencia extrema de la "aprobación" de la sociedad. Es decir, el yo hipertrofiado y superlativo, centro y fin del universo.

Con la negación del yo, el "vaciamiento", Buda encontró una salida a este mundo banal, superficial, que embota los sentidos y degrada la espiritualidad. Cierto es que la propuesta del budismo es, esencialmente, individualista, pero en vez de estar reconcentrados en nosotros mismos, vale la pena "vaciarse" de la fatuidad y el exitismo y comenzar una acción colectiva decidida a favor de un mundo mejor.

A continuación, una interesante entrevista de Marco Aurelio Denegri a Juan José Bustamente, especialista en budismo.





"La ascesis, la anacoresis y la mística son tres empeños muy difíciles. Y justamente son así porque la religión es una tarea que compromete el ciclo vital de cualquier persona profesante. No es algo que se aprenda en un ciclo acelerado y luego uno se desentiende del asunto. No, no es así".


"Todo lo concerniente al espíritu no está sujeto a un curso acelerado de tres meses. Sino que es una tarea vital, que compromete toda la existencia".


"Los medios pueden estar ahí, pero yo no necesito aficionarme a los medios. Si yo me aficiono, yo me estoy poniendo la zancadilla".

"Santiago Ramón y Cajal decía: 'Nos creemos los grandes actores de esta tragicomedia, y en realidad somos humildes partiquinos, o sea, tenemos un papel completamente secundario".




"Un papa dijo, un renacentista seguramente: 'La fábula de Jesús nos rinde tanto que sería necio advertir del engaño a los ignorantes' ".


"El que está viendo su pantalla de internet está solo. Es la anacoresis moderna. Él cree que está en contacto con las redes sociales. Hay un individuo solícimo, delante de una pantalla, creyendo que habla con un montón de gente".




"Yo propondría cinco cosas que, para ser una persona espiritual, habría que deshacerse: la ignorancia, el apego, la ira, la envidia y el orgullo".



"Hay un dicho en el budismo: lo único bueno que tiene una acción dañina, es que puede ser purificada".



No hay comentarios: