Medios de comunicación y manipulación - Parte 4
Ya hemos leído con asombro las descarnadas instrucciones de Fraser Bond acerca de cómo satisfacer las necesidades de los grupos de consumidores. Pero falta más. Dado que en esta sociedad capitalista, la gran mayoría de personas lleva a cuestas una enorme cantidad de frustraciones, Fraser Bond no podía dejar de analizar al milímetro las frustraciones de lo que él llama la "mayoría silenciosa". Completada esta disección de la elemental espiritualidad del ser humano actual, las masas (incluidos los dizque intelectuales) quedan a completa merced de lo que les ofrezcan los mercachifles. ¿Nos quedaremos con los brazos cruzados?
Fraser Bond da una lista completa de las frustraciones de la mayoría silenciosa, que se describen a continuación.
1) Frustración del impulso motor. Se trata de gentes "mandadas", que viven ancladas en un trabajo, sin capacidad de iniciativa; por consiguiente, hay que darles mucha información deportiva y relatos de acción y de violencia.
2) Frustración del impulso de juego. Individuales cuya tendencia a la despreocupación y al juego se frustra por la obligaciones derivadas de la cotidianeidad; en consecuencia, hay que proporcionarles abundancia de comics, humor, todo lo que le ayude a burlarse de lo que constituyen sus inaplazables obsesiones cotidianas.
3) Frustración del impulso de mando. Gentes desilusionadas por no poder ser dueños de nada ni mandar en casi nada; se les ha de suministrar información abundante sobre los triunfos de otros, mitificándoles a los triunfadores para que se sientan compensados a través de ellos.
4) Frustración del impulso amoroso. La sexualidad frustrada ha de compensarse con la exaltación del ensueño romántico, pero unido a los relatos agresivos para que en la unión violencia-romanticismo salgan los impulsos sexuales reprimidos.
El tratamiento propone finalmente que los profesionales de la información tengan todos estos factores en cuenta y den al público lo que le gusta. Esto es lo que según parece solicita el público y esto es lo que le da el sistema informativo mundial valiéndose de toneladas de información cotidiana en un momento histórico en el que se habla de opulencia comunicativa y de opulencia informativa.
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