El #06E, la propuesta de nueva Ley Universitaria y el movimiento estudiantil
El plantón denominado #Tomalacalleporlaeducación es la más reciente acción del movimiento estudiantil contra la aprobación de la nueva Ley Universitaria. Fue convocado por los gremios estudiantiles, colectivos y organizaciones políticas. Inicialmente, tenía como propósito evitar la aprobación del dictamen en la sesión de la Primera Legislatura Ordinaria Ampliada 2013-2014. Sin embargo, días antes se supo que el dictamen no entraría en agenda. No obstante, la convocatoria para tomar la calle por la educación continuó.
El lunes por la tarde, la Plaza San Martín recibió a cientos de estudiantes de universidades como la de San Marcos, Federico Villarreal, del Callao, César Vallejo, entre otras. Sin embargo, la mayoría de asistentes del “#06E” eran miembros o simpatizantes de organizaciones políticas. Es decir, en el plantón participó mayormente “gente política”. Por el contrario, la asistencia de los “estudiantes de base” fue minoritaria.
La Federación de Estudiantes del Perú (FEP) también estuvo presente con una banderola que agitaba la consigna “¡Ni un paso atrás, la Ley Mora no va!”. Sin embargo, la otrora federación que convocaba y dirigía multitudes, no llegó a aglomerar ni a cincuenta estudiantes tras su bandera. Esto se debe en gran parte al burocratismo, sectarismo y acaparamiento del partido que lo controla, “Patria Roja”, y también al sectarismo y espíritu de feudo de las demás organizaciones políticas que participan en el movimiento universitario.
Además de la FEP, estuvieron presentes el Frente Único de Postulantes (FUP) y el Sindicato de Trabajadores de Ripley, quienes mostraron su apoyo a los estudiantes universitarios.
Reacciones ante la propuesta de Ley
La mayoría –si no todos– los asistentes del #Tomalacalleporlaeducación coincidía con el pedido de archivamiento del dictamen de nueva Ley Universitaria. Las diferencias entre los gremios estudiantiles y organizaciones presente el día del plantón eran solo de matiz. Varias organizaciones señalaban que el primer paso era el rechazo de la “Ley Mora” y que luego se propondría una nueva ley, una reforma o algo así. Sin embargo, aún no definen muy bien ese segundo paso, por lo que lo principal es el rechazo al dictamen. Una vez conseguido eso, ya se verá qué hacer.
Hay otro sector de gremios y organizaciones políticas que se oponen “contundentemente” a una nueva Ley Universitaria, venga de donde venga y contenga lo que contenga. Ellos proponen la “defensa de los principios democráticos de la universidad”, cosa que para ellos significa mantener la actual ley. Para dichas organizaciones, cualquier norma o ley que se promulgue bajo el amparo de la Constitución de 1993 será necesariamente una ley antipopular, burguesa, neoliberal, reaccionaria, etc. Por lo tanto, quienes propongan que una nueva ley es una posible solución para el problema universitario son –según este razonamiento– caviares, oportunistas, revisionistas, traidores, etc., etc. Por eso, piden el archivamiento del dictamen y que se mantenga la actual Ley Universitaria.
Ya más de uno ha advertido la “extraña” coincidencia entre el reclamo de estos sectores estudiantiles y el reclamo de parte de la “derecha bruta y achorada” del país: la ANR y la CONFIEP. Como nunca antes, la ANR ha puesto el grito en el cielo por la pretensión de aprobar una Ley Universitaria que “vulnera la autonomía”, principio fundamental de la universidad. Por otra parte, en un reciente comunicado titulado “El Perú está primero”, la CONFIEP cuestiona el proyecto de ley que “no toma en cuenta ninguna opinión de los propios involucrados, que desnaturaliza la autonomía universitaria y que más bien la somete a una entidad bajo el control político de turno”. Incluso, algunas consignas usadas por la ANR y sus miembros han sido asumidas por los estudiantes (“¡No a la ley pinochetista!” es una de ellas).
Entonces, la pregunta que debemos hacernos es ¿qué diferencia el reclamo de los estudiantes del reclamo de los sectores reaccionarios? ¿Cómo es que el sector progresista y los grupos reaccionarios de la sociedad han coincidido? En primer lugar, la falta de propuesta de muchos gremios universitarios y organizaciones políticas hace que opten por su única “propuesta”: la negación, el rechazo total del proyecto de ley o disimulado con consignas difusas. En segundo lugar, el dogmatismo y sectarismo que guía a muchos gremios y organizaciones políticas hace que se opongan a todo tipo de cambio o renovación, más aún si la propuesta de cambio no viene de sus capillas. De ahí a un pensamiento reaccionario no hay ni un paso.
Por otra parte, hay un sector de gremios estudiantiles, colectivos y organizaciones políticas que proponen una nueva Ley. En conjunto, emitieron un pronunciamiento denominado “Una nueva Ley Universitaria para un nuevo país”. La iniciativa fue principalmente de la Federación de Estudiantes de la PUCP (FEPUCP). En el pronunciamiento se propone que “el archivamiento o rechazo del proyecto de una nueva Ley Universitaria no es la solución, tampoco la propuesta de ley tal y como está”. Se menciona que “es necesaria una nueva Ley Universitaria que recoja puntos positivos que hay en esta propuesta y plantee alternativas en los puntos debatibles (como la vulneración de derechos estudiantiles)”. Según esta propuesta, la nueva Ley no es suficiente para resolver la crisis de la educación superior, pero es un primer paso para lograr la “Reforma de la Educación que nos encamine a lograr una educación de calidad con justicia en los niveles de cobertura y acceso. Esta educación debe producir conocimiento al servicio de la sociedad, que cuestione y permita cambiar las estructuras sociales que reproducen inequidad y pobreza”.
En resumen, la propuesta de quienes suscriben este pronunciamiento es que se debe aprobar una nueva Ley Universitaria en camino a una Reforma que solucione la crisis de la educación superior. En lo inmediato, exigen que continúe el debate para formular adecuadamente la nueva Ley Universitaria.
Consignas, arengas y canciones
Un elemento infaltable en toda movilización son las arengas y las consignas. El “#06E” no fue la excepción. Consignas como “¡Ni un paso atrás, la Ley Mora no va!”, “Por una ley universitaria desde lxs estudiantes”, “Por una educación gratuita y de calidad” y “Defensa de los principios democráticos de la universidad” fueron las más vistas el día del plantón. Asimismo, durante la marcha se oyó el eco de arengas coyunturales como “Estudiar y luchar es deber estudiantil”, “Aquí, allá, la nueva ley no va”; y otras no tan coyunturales como “Vamos pueblo, carajo; el pueblo no se rinde, carajo” o “La juventud consciente jamás será sirviente”.
Sin embargo, algo que viene caracterizando las últimas protestas populares –y que, de alguna manera, tuvo su máxima expresión en la marcha “No a Keiko”– son las canciones y trovas. En el plantón del día 06 de enero, varias organizaciones entonaron cantos y arengas “más musicales” sobre el tema universitario (ver video). Esto parece ser un intento de renovación de las formas de protesta en el movimiento estudiantil peruano, el cual se caracteriza por las consignas y arengas fuertes y agitativas. Puede que este tipo de iniciativas sean el comienzo del “mayo” peruano. Sin embargo, si este “vacilón” no se compagina con un proyecto a futuro, terminará como la reacción estudiantil ante la dictadura en los finales de los años 90: un movimiento efímero.
¿Qué hacer?
Los problemas de la universidad –o la “crisis de la educación superior”, como también se le ha denominado– no se van a resolver con una nueva Ley, menos todavía con esta. Por otra parte, una propuesta de solución no puede centrarse solo en cuestiones superficiales, como son la forma de elección de autoridades, el otorgamiento de grados y títulos, etc. Debe buscar resolver los problemas de raíz. Por eso, es necesario que los gremios estudiantiles y las organizaciones políticas que en verdad desean contribuir a la mejora de la universidad impulsen una Segunda Reforma Universitaria. ¿Pero en qué consistirá esta Reforma? La Segunda Reforma Universitaria debe colocar a la universidad como una palanca del desarrollo nacional, es decir, la universidad debe satisfacer las necesidades y canalizar las potencialidades del país.
La Juventud Progresista del Perú viene discutiendo desde hace años una propuesta de Segunda Reforma Universitaria (SRU). Muy pronto les presentaremos la propuesta para que sirva como elemento de discusión sobre el tema universitario. Por lo pronto, en el siguiente post les presentamos un análisis histórico que realizamos en el año 2008.
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