VIDAS DE LENIN
La vida, obra y pensamiento de Lenin han sido analizados en numerosas biografías. Algunas de ellas se centran en el aspecto teórico y político, mientras que otras se concentran en las anécdotas y en los "secretos" del revolucionario marxista.
Lenin en su juventud |
Uno de los aspectos que más explota la burguesía para intentar desacreditar a Lenin es el supuesto romance que sostuvo con Inessa Armand, revolucionaria ruso-francesa y miembro del partido bolchevique. Romance del que ni los más rigurosos biógrafos de Lenin han encontrado prueba alguna.
Pero en el argumento que despliega la burguesía se evidencia toda su capacidad de intriga y maledicencia, toda su frivolidad, en fin, toda su miseria.
Según la propuesta burguesa (ampliamente desarrollada en las biografías de Shub y de Service), Lenin se habría enamorado de Armand no por la comunidad de ideales, sino por su belleza, por su juventud, por su espíritu libre, por su refinamiento cultural, etc., etc. Cualidades estas que contrastarían con la vieja, fea y común y corriente Nadezhda Krupskaia.
Siendo Lenin el revolucionario que mejor llevó a la práctica la moral comunista, huelga decir que los criterios de selección que esgrime la burguesía nunca hubieran pasado por su cabeza.
Por otro lado, presentar a Krupskaia como vieja, fea y poco refinada es un acto de falsedad sin vergüenza. Cualquier marxista medianamente leído conoce que Krupskaia era políglota y había recibido una esmerada educación, debido en gran parte a su origen noble por parte de madre. Además, las fotos de su juventud muestra que de fea no tenía nada. La enfermedad de Basedow afectó su salud y su rostro, pero no pudo apagar esa luz bondadosa e inteligente que emergía desde su interior.
Krupskaia en su juventud |
Sin embargo, lo que calculadamente omite la burguesía es que lo que unió a estos dos grandes luchadores fue, sobre todo, su comunidad de ideales. Y lo que Lenin siempre valoró en su camarada y esposa fue su firmeza de carácter, su indesmayable capacidad de trabajo, su consecuencia, su asunción cabal del marxismo. En suma, su condición de marxista revolucionaria a carta cabal.
Eso nunca lo mencionará la burguesía, pues pone en evidencia su concepción frívola y superficial de las relaciones de pareja, donde lo que prima es la apariencia externa de una persona (varón o mujer), que luego es exhibida ante el público para vanidad del poseedor de semejante adorno.
Y quienes afirman que en el matrimonio Lenin-Krupskaia no hubo pasión y, por lo tanto, no hubo verdadero amor, solo pueden dar lástima al exhibir criterios tan estrechos de lo que es el amor. Ya lo dijo Marco Aurelio Denegri: el verdadero y más profundo amor no es el amor concupiscente, ese amor pasional y adhesivo, sino el amor diligente, cuidadoso, atento, responsable, reflexivo, desinteresado, un amor tierno y puro.
Pero es cierto que no podía esperarse argumentaciones elevadas de una clase que tienen al dinero como dios y quiere vendernos la pornografía como si fuera arte. Lo verdaderamente lamentable es que gente que se dice socialista, progresista y marxista, haga eco de dichos argumentos, evidenciando así que de socialista, progresista o marxista no tiene nada y que la frivolidad pequeñoburguesa campea debajo de una delgadísima capa de marxismo mal entendido.
Y no solo es frivolidad lo que muestran estos señores, sino también oportunismo. El oportunismo de no comprometerse a fondo con la causa revolucionaria y para justificarse usan de pretexto la supuesta falta de moral y de consecuencia de uno de los mayores revolucionarios marxistas. Es como decir: "si él, que está tan alto, lo hace; ¡qué no haré yo!".
Sin embargo, más allá de la anécdota, debe quedar claro que la moral comunista tiene criterios diametralmente opuestos a la moral burguesa: valora la solidaridad, el carácter colectivo, el trabajo, la camaradería, la integridad, al ser humano libre y sin explotación, la justicia. En ese marco, está fuera de lugar la elección de una pareja solo por criterios estéticos que pretenden imponer los que dominan el mundo.
Y sin ir muy lejos, el Che Guevara se casó y tuvo una hija con una mujer supuestamente fea, de rasgos indígenas y mayor que él. ¿Cómo se podría entender algo así? El Che, admirador y seguidor de Lenin, fue consecuente con esa nueva moral: se valora la comunidad de ideales en la lucha por un mundo mejor, la solidaridad, el compromiso, etc. Aquellas cualidades que, una vez que la piel comienza a marchitarse y ajarse, son las que constituyen la verdadera belleza de una persona.
El Che Guevara junto a Hilda Gadea celebrando el cumpleaños de su hija Hildita Guevara |
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