viernes, 29 de marzo de 2013

La cacosmia y el enmierdamiento televisivo

Marco Aurelio Denegri realiza una reflexión descarnada sobre los efectos de la TV en nuestra personalidad y en nuestro pensamiento. Después de escucharlo y meditar no quedan en pie argumentos ni pretextos para continuar defendiendo la TV basura y nuestra adicción a ella. 





El hombre es el animal que defiende esforzadamente la basura. Es el que consume y difunde con más ahínco la basura.


La basura lo atrae irresistiblemente y se complace en ella con delectación y hasta con frenesí. Esto lo demuestran cumplidamente abundantes programas televisivos.


La basura es adictiva y la basura que se produce y esparce diariamente en la TV es peligrosísima, ya que origina una adicción violenta y tenaz. Los televidentes se acostumbran a la cochinada químicamente pura y a la vulgaridad más atroz.


La teleaudiencia se ha acostumbrado a la pestilencia.


El público televidente solamente puede complacerse y gustar de la basura televisiva y cuando se le pone algo que ya no sea basura, entonces sencillamente apaga el televisor o cambia de canal.


La gente termina acostumbrándose a lo bajo, a lo degradado, a lo excrementicio, a lo pestilente, a la basura. Termina gustando de eso, y es su principal sustento, su principal alimento. Ya no puede vivir sin eso.

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