viernes, 15 de marzo de 2013

Mundo líquido

Ya bastante se ha dicho, a favor y en contra, de los efectos de internet y de las "redes sociales" en el desarrollo cognitivo y socioemocional de los usuarios, especialmente si son de las nuevas generaciones. Inclusive, muchas universidades norteamericanas han realizado experimentos para demostrar los beneficios y maleficios de internet. Sin embargo, todas estas opiniones y experimentos no han establecido nada concluyente. Y no podía ser de otro modo, pues no toman en cuenta que lo que están estudiando no es un simple objeto, sino la expresión de una determinada concepción del mundo.

En ese sentido, más que hacer experimentos para no llegar a nada, la valoración acertada de internet y las "redes sociales" requiere de una sólida base humanista y filosófica, así como de un aguzado sentido crítico. El filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman es un claro ejemplo de ello.



Amor líquido: extractos del prólogo

"El héroe principal de este libro son las relaciones humanas. Los protagonistas de este volumen son hombres y mujeres, nuestros contemporáneos, desesperados al sentirse fácilmente descartables y abandonados a sus propios recursos, siempre ávidos de la seguridad de la unión y de una mano servicial con la que puedan contar en los malos momentos, es decir, desesperados por 'relacionarse'. Sin embargo, desconfían todo el tiempo del 'estar relacionados', y particularmente de estar relacionados 'para siempre', por no hablar de 'eternamente', porque temen que ese estado pueda convertirse en una carga y ocasionar tensiones que no se sienten capaces ni deseosos de soportar, y que pueden limitar severamente la libertad que necesitan -sí, usted lo ha adivinado- para relacionarse...".




"Las 'relaciones' son ahora el tema del momento y, ostensiblemente, el único juego que vale la pena jugar, a pesar de sus notorios riesgos. Algunos sociólogos, acostumbrados a elaborar teorías a partir de las estadísticas de las encuestas y de convicciones de sentido común (...), se apresuran a concluir que sus contemporáneos están dispuestos a la amistad, a establecer vínculos, a la unión, a la comunidad. De hecho, sin embargo (como si se cumpliera la ley de Martin Heidegger, que afirma que las cosas se revelan a la conciencia solamente por medio de la frusración que causan, arruinándose, desapareciendo, comportándose de manera inesperada o traicionando su propia naturaleza), la atención humana tiende a concentrarse actualmente en la satisfacción que se espera de las relaciones, precisamente porque no han resultado plena y verdaderamente satisfactorias..."

"Si uno les preguntara, los habitantes de Leonia, una de las 'ciudades invisibles' de Italo Calvino, dirían que su pasión es 'disfrutar de cosas nuevas y diferentes'. De hecho, cada mañana, 'estrenan ropa nueva, extraen de su refrigerador último modelo latas sin abrir, escuchando los últimos jingles que suenan desde una radio de última genración'. Pero cada mañana 'los restos de la Leonia de ayer esperan el camión del basurero' y uno tiene derecho a preguntarse si la verdadera pasión de los leonianos no será, en cambio, 'el placer de expulsar, descartar, limpiarse de una impureza recurrente'
¿Los habitantes de nuestro moderno mundo líquido no son como los habitantes de Leonia, preocupados por una cosa mientras hablan de otra? Dicen que su deseo, su pasión, su propósito o su sueño es 'relacionarse'. Pero, en realidad, ¿no están más bien preocupados por impedir que sus relaciones se cristalicen y se cuajen? ¿Buscan realmente relaciones sostenidas, tal como dicen, o desean más que nada que esas relaciones sean ligeras y laxas (...) para poder 'deshacerse de ellas en cualquier momento'?".



"... la gente habla cada vez más (...) de conexiones, de 'conectarse' y 'estar conectado'. En vez de hablar de parejas, prefieren hablar de 'redes'. ¿Qué ventaja conlleva hablar de 'conexiones' en vez de 'relaciones'?".
 
"Las conexiones son 'relaciones virtuales'. A diferencia de las relaciones a la antigua (...), parecen estar hechas a la medida del entorno de la vida moderna líquida, en la que se supone y espera que las 'posibilidades románticas' (y no solo las 'románticas') fluctúen cada vez con mayor velocidad entre multitudes que no decrecen, desalojándose entre sí con la promesa 'de ser más gratificante y satisfactoria' que las anteriores. A diferencia de las 'verdaderas relaciones', las 'relaciones virtuales' son de fácil acceso y salida".



"Tal como señaló Ralph Waldo Emerson, cuando uno patina sobre hielo fino, la salvación es la velocidad. Cuando la calidad no nos da sostén, tendemos a buscar remedio en la cantidad".



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