miércoles, 13 de febrero de 2013

Homenaje a Eric Hobsbawm

Eric Hobsbawm, quizá el historiador más destacado del siglo XX, falleció en octubre del año pasado. Afiliado desde muy joven al Partido Comunista, aplicó sin dogmas el marxismo al análisis histórico, generando obras muy críticas al "socialismo real", pero demostrando que hoy más que nunca, ante el fracaso del capitalismo, el marxismo adquiere plena vigencia. Juventud Progresista del Perú se une al homenaje realizado a este gran historiador.



Biografía de Eric Hobsbawm


El materialismo histórico tuvo mucha influencia en los ámbitos académicos de los historiadores en el siglo XX. Sin embargo, la gran mayoría de los historiadores marxistas  no tenían ningún vínculo con el comunismo, e incluso muchos se mostraban abiertamente en contra, siendo su marxismo solamente académico. Eric Hobsbawm no estaba limitado a un marxismo académico, sino que fue militante del Partido Comunista desde su juventud.

Eric Hobsbawm nació en 1917 en el seno de una familia judía de clase media, de origen polaco, aunque su padre tenía ciudadanía británica. A los dos años fue llevado a Viena. En 1929 fallece su padre de un infarto y dos años después muere su madre producto de la tuberculosis. Posteriormente a la muerte de sus padres, Eric y su hermana Nancy se trasladan a Berlín. 

Fue en Berlín, a la edad de 14 años, que se une a la asociación de estudiantes secundarios denominada Escolares Socialistas, que en la práctica era parte del Partido Comunista. Eric Hobsbawm se sintió de izquierda desde que tuvo uso de razón porque, como él manifestaba, en su época no había forma que un joven judío perteneciera a la derecha, porque la derecha era por definición antisemita. Él se unió al Partido Comunista porque se sentía cercano a sus planteamientos, en especial a los referentes a la lucha contra el Partido Nazi. A esta edad participaba activamente difundiendo volantes que advertían sobre el peligro del ascenso del nazismo. Sobre este período, él manifestaba que era imposible mantenerse alejado de la vida política y que los meses en Berlín lo hicieron un comunista para toda la vida. 



En 1933 emigran a Londres con un tío, debido al traslado de la empresa de este. En Inglaterra tuvo oportunidad de asistir a The King’s College, en Cambridge, entre 1936 a 1939. Decidió estudiar historia a pesar de que sus intenciones iniciales eran estudiar literatura. Aquí empieza su militancia en el Partido Comunista de Gran Bretaña.

En Cambridge, tuvo oportunidad de conocer a otros futuros historiadores como Christopher Hill, Rodney Hilton, John Saville, con quienes compartía su militancia comunista. Con ellos formó posteriormente el grupo de Historiadores Marxistas Británicos y el Grupo de historiadores del Partido Comunista de Gran Bretaña, grupo de historiadores altamente influyentes y con un nuevo enfoque.

Al comenzar la II Guerra Mundial se ofrece a trabajar para el Servicio de Inteligencia Británico, pero fue rechazado por su militancia comunista. Sin embargo, ayudó en la construcción de las defensas costeras, donde pudo tener contacto real con la clase obrera.


En 1943 contrae matrimonio con Muriel Seaman. En 1951 se divorciaría de ella. Posteriormente, Eric Hobsbawm tendría un hijo y una hija en otros compromisos.

En 1947 retorna a Cambridge para hacer un doctorado sobre la Sociedad Fabiana, pero no pudo enseñar en esta universidad, nuevamente, debido a su militancia comunista. Sería recién en 1970 que Hobsbawm cumpliría con su deseo de enseñar, haciéndolo en el Birkbeck  College de la Universidad de Londres.

En 1956, después del discurso de Nikita Krushchev en el 20mo Congreso del Partido Comunista, acerca de los crímenes de Stalin, una gran cantidad de historiadores marxistas se alejaron del movimiento comunista. No fue el caso de Hobsbawm, quien se mantuvo firme en sus convicciones, pues el recuerdo de los héroes antifascistas, y la lucha del comunismo contra el fascismo habían marcado una profunda huella en él. Sobre esta etapa él manifestaba: “Yo no me hice comunista como un joven británico en Inglaterra, sino como un  centroeuropeo en la colapsada República de Weimar”, y “pertenezco a una generación atada por un irrompible cordón umbilical a la esperanza de la revolución mundial, y a su origen, la Revolución de Octubre, a pesar de ser escéptico o crítico de la URSS”.

En Inglaterra su militancia comunista empezó en 1936 y nunca renunció a ella. Sobre esto, con su ironía característica, solía decir: “uno nunca debe renunciar, es mejor ser expulsado”. Y efectivamente, no fue él quien dejó el partido, sino que el partido lo dejó a él, al disolverse en 1991.

A lo largo de su carrera, Hobsbawm escribió más de veinte libros, con énfasis en el estudio de los siglos XIX y XX. Los cuatro libros que son considerados los más importantes son: La era de la revolución: Europa 1789-1848 (1962), La era del capitalismo: 1848-1875 (1975), La era del Imperio: 1875-1914 (1987) y el clásico Historia del siglo XX (1994), traducido a más de 37 idiomas.

Otras de sus obras importantes son: Rebeldes Primitivos (1959), Revolucionarios (1973), Historia del marxismo (1978), Naciones y Nacionalismo (1990), Cómo cambiar el mundo, historias de Marx y marxismo (2012).

Sus libros están considerados, incluso por los historiadores no marxistas, como los de mejor análisis de la historia moderna. De acuerdo con Stuart Hall, profesor emérito de sociología de Open University, Eric Hobsbawm es uno de los pocos historiadores de izquierda que “puede ser tomado en serio por gente que está en desacuerdo con el políticamente”. 




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