"Los cínicos no sirven para este oficio"
Estamos en una época en que los medios de comunicación han devenido de una función informativa a una función de "entretenimiento". Esto ha afectado notablemente el rol del periodista. Ya no es más parte de la reserva moral de la sociedad, aquel que denuncia las injusticias o brinda una mirada crítica sobre lo que acontece. Ahora se ha vuelto una parte más del show: es la guapa "modelo" o el atractivo "showman", a quien le basta leer el teleprompter o bien escribir insustanciales artículos "políticamente correctos" para seguir su camino a la fama y continuar con una gruesa cuenta bancaria. Y el periodismo "digital" no ha cambiado nada; por el contrario, ha acrecentado el afán de figuración a toda costa, la falta de ética, la superficialidad de enfoque, la monotonía de ideas.
Ante esta mercantilización abusiva del periodismo, producto inevitable de la sociedad capitalista en que vivimos, vale la pena leer y releer a un gran periodista como Ryszard Kapuscinski. Autor de grandes obras periodísticas (y a la vez literarias, por lo bien escritas) como "Ebano", "El Imperio", "El Sha", etc., Kapuscinski se erige como un modelo a seguir por aquellos jóvenes periodistas que, con sinceridad, quieren hacer verdadero periodismo, quieren describir y explicar la realidad en la que viven; en suma, quieren ser más que una cara bonita o un profesional bien pagado, para aportar a la mejora de la sociedad desde el puesto que les ha tocado.
"Los cínicos no sirven para este oficio" es un compendio de entrevistas brindadas por Kapuscinski en el marco del VI Congreso "Redactor social: De raza y de clase. El periodismo entre deseo de elitismo, implicación e indiferencia" (Italia, 1999) y el Congreso "Ver, entender, explicar: literatura y periodismo en un fin de siglo" (Italia, 1994).
"Las nuevas tecnologías facilitan enormemente nuestro trabajo, pero no ocupan su lugar. Todos los problemas de nuestra profesión, nuestras cualidades, nuestro carácter artesanal, permanecen inalterables. Cualquier descubrimiento o avance técnico pueden, ciertamente, ayudarnos, pero no pueden ocupar el espacio de nuestro trabajo, de nuestra dedicación al mismo, de nuestro estudio, de nuestra exploración y búsqueda".
"En el periodismo (...) la actualización y el estudio constantes son la conditio sine qua non. Nuestro trabajo consiste en investigar y describir el mundo contemporáneo, que está en un cambio continuo, profundo, dinámico y revolucionario. Día tras día, tenemos que estar pendientes de todo esto y en condiciones de prever el futuro. Por eso es necesario estudiar y aprender constantemente".
"No hay periodismo posible al margen de la relación con los otros seres humanos".
"En nuestra profesión es indispensable tener nociones de psicología, hay que saber cómo dirigirse a los demás, cómo tratar con ellos y comprenderlos".
"Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas".
"El verdadero periodismo es intencional, a saber: aquel que se fija un objetivo y que intenta provocar algún tipo de cambio".
"Todo buen reportaje es un trabajo colectivo, y sin un espíritu de colectividad, de cooperación, de buena voluntad, de comprensión recíproca, escribir es imposible".
"... nuestra profesión no puede ser ejercida correctamente por nadie que sea un cínico. Es necesario diferenciar: una cosa es ser escépticos, realistas, prudentes. Esto es absolutamente necesario, de otro modo, no se podría hacer periodismo. Algo muy distinto es ser cínicos, una actitud incompatible con la profesión de periodista. El cinismo es una actitud inhumana, que nos aleja automáticamente de nuestro oficio, al menos si uno lo concibe de una forma seria. Naturalmente, aquí estamos hablando sólo del gran periodismo, que es el único del que vale la pena ocuparse, y no de esa forma detestable de intepretarlo que con frecuencia encontramos".
"Todo periodista es un historiador. Lo que él hace es investigar, explorar, describir la historia en su desarrollo. Tener una sabiduría y una intuición de historiador es una cualidad fundamental para todo periodista. El buen y el mal periodismo se diferencian fácilmente: en el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tenéis también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referencia al contexto histórico. Encontramos el relato del mero hecho, pero no conocemos ni las causas ni los precedentes".
"Hay diversas técnicas de manipulación. En los periódicos, se puede llevar a cabo una manipulación según lo que se escoja colocar en la primera página, según el título y el espacio que dedicamos a un acontecimiento. En la prensa hay cientos de maneras de manipular las noticias. Y otros cientos existen en la radio y en la televisión. Y sin decir mentiras. El problema de la radio y de la televisión es que no es necesario mentir: podemos limitarnos a no decir la verdad. El sistema es muy sencillo: omitir el tema".
"El ciudadano medio, que trabaja, vuelve a casa cansado y quiere tan sólo estar un rato con su familia, recibe únicamente lo que le llega en esos cinco minutos de telediario. Los temas principales que dan vida a las 'noticias del día' deciden qué pensamos del mundo y cómo lo pensamos.
Se trata de un arma fundamental en la construcción de la opinión pública. Si no hablamos de un acontecimiento, éste, simplemente, no existe. Para muchos, de hecho, las 'noticias del día' son la única vía para conocer algo del mundo".
"Hoy en día, los medios de comunicación se mueven en manadas, como rebaños de ovejas; no pueden desplazarse de forma aislada. Por eso, sobre todo lo que se nos cuenta leemos y escuchamos las mismas informaciones, las mismas noticias".
"Estamos llegando a una situación en que el acto de creación es una conquista colectiva, que llevará el nombre de alguien, pero en el que encontramos cada vez con mayor frecuencia la participación de los demás, En este sentido, creo que debemos ser muy modestos, porque es bastante difícil determinar qué hemos realizado con nuestra fuerzas y cuál ha sido la contribución de los demás".
"... desde el desarrollo de los medios de comunicación en la segunda mitad del siglo XX, estamos viviendo dos historias distintas: la de verdad y la creada por los medios. La paradoja, el drama y el peligro están en el hecho de que conocemos cada vez más la historia creada por los medios de comunicación y no la de verdad".
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